jueves, 30 de julio de 2009

¿Sobrevivirá el teatro de calle en Venezuela?

Colectivo Luz de Luna


Por: Maie López y Crystina Martín

Existen varios conceptos para un teatro que traspasa las salas y los espacios convencionales, y se dirige a plazas, parques, fábricas, comunidades, en fin, a la calle. A partir la década de los 70 en Latinoamérica se comienza a realizar esta modalidad, llamándola, Teatro de calle, Teatro callejero y por ultimo Teatro comunitario, esto se debe a que aborda al público de una manera directa y espontánea con sus problemáticas, con temas sociales propios, sobre todo, sin necesidad de recursos técnicos.

Esta actividad artística exige de una atención y valoración particular para su permanencia en el tiempo, una definición concreta dentro de las políticas culturales y más aún, la integración de los artistas mismo quienes en ocasión la ven como un arte menor. Es la calle; escenario natural donde confluyen lo cotidiano con el arte itinerante, donde los actores se mueven con soltura en un diámetro gigante de 360 grado, los obliga a la constante creatividad, y sobre todo a estar informado por su público y su contexto.

En algunos países latinoamericanos por citar a Cuba, Colombia y Brasil poseen agrupaciones que apoyan, promueven y buscan alternativas para el desarrollo del teatro de calle en todo el continente, podemos mencionar: Mirón Cubano, Teatro Callejero Andante, Colectivo Luz de Luna, o Nuestra Gente. Estos grupos, entre otros, son los mayores exponentes y defensores de lo referente al futuro del Teatro Callejero.

En Venezuela actualmente son pocas las agrupaciones oficiales que se dedican hacer este teatro tan necesario para la transformación de un país. Por lo que cabe destacar iniciativas como las del grupo Escambray, parte de Cultura Corazón Adentro-Misión Socialista, pero que además ha tenido temporada en varios espacios de la capital venezolana.

El grupo Theatron que viene realizando un trabajo permanente en las universidades, y otros espacios en la ciudad de Caracas, se ha tomado la tarea de honrar a este milenario arte y convocar a los juglares modernos, titiriteros, trovadores, a que invadan todos los espacios posibles merecidos o no, que a su vez se haga sin fines lucrativos recordando que es un factor de alta incidencia para el mejoramiento humano.

Indudablemente el teatro de calle tiene un impacto directo dentro de lo social, en dibujar nuestro imaginario colectivo. Una política cultural de apoyo, e iniciativas de nuestros propios creadores permitirán el establecimiento e innovación de esta práctica.


http://www.corneta.org/no_56/corneta_el_teatro_de_calle_en_venezuela.html

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